Nada más reconfortante que llegar a casa un día frío y disfrutar de unas ricas sopaipillas pasadas recién hechas. Este infaltable de la cocina chilena evoca tres palabras: hogar, tradición y cultura, pues sus diferentes sabores crean una experiencia nostálgica.
Ya sea como merienda, postre o para acompañar una tarde de lluvia, estas sopaipillas pasadas son una invitación a compartir y disfrutar en familia. Anímate a prepararlas en casa y revive el sabor de una receta que ha pasado de generación en generación, con el mismo encanto de siempre.
📋 Ingredientes
-
½ taza de harina
-
3 cucharadas de manteca
-
1 cucharadita de sal
-
2 cucharaditas de polvos de hornear
-
1 taza de zapallo
-
400 gramos de chancaca
-
4 tazas de agua fría
-
1 trozo de canela
-
5 clavos de olor
-
1 cucharada de maicena
-
1 cáscara de naranja
-
½ litro de aceite
🫓 Preparación de sopaipillas
-
En un bowl coloque la harina cernida, la sal y los polvos de hornear.
-
Coloque el zapallo a cocer con agua fría, una vez que hierva déjelo durante 20 minutos.
-
Retírelo y reserve el agua, muela el zapallo y páselo por un colador para que quede limpio.
-
Derrita la manteca.
-
Agregue el puré de zapallo a la mezcla del bowl junto con la manteca derretida, mezcle y forme la masa hasta que esté homogénea.
-
Tape y deje reposar durante 15 minutos.
-
Estire la masa con ayuda de un uslero hasta que quede de 1 centimetro de grosor.
-
Corte discos de 8 centímetros de diámetro y pinche sus sopaipillas con un tenedor.
-
Fríalas a 180º por ambos lados hasta que estén doradas.
-
Retírelas y póngalas sobre papel absorbente o una rejilla
🍊 Preparación de chancaca
-
Prepare la chancaca en una olla con 1 litro de agua fría.
-
Agregue la canela, los clavos de olor y la cáscara de naranja.
-
Hierva durante 10 minutos.
-
Incorpore la maicena diluida en agua fría y hierva durante 3 minutos para cocer el almidón de maicena.
-
Agregue las sopaipillas a la chancaca, déjelas reposar durante 15 minutos y sírvalas caliente.
Con ingredientes simples y mucho cariño, esta receta se seguirá convirtiendo en un tesoro culinario que nunca pasa de moda. Preparar sopaipillas pasadas es más que cocinar: es reconectar con los sabores de la infancia y mantener viva una tradición que nos une a todos en torno a la mesa.